K de Maskarilla lanza sprays higienizantes para alargar la vida útil de las mascarillas de tela

La iniciativa española K de Maskarilla, que nació el pasado mes de abril en Barcelona para dar solución a la falta de mascarillas en el contexto de la crisis por el COVID-19, ha decidido dar un paso adelante. Ante la obligación, anunciada por el Ministerio de Sanidad, sobre llevar protección en los espacios cerrados y en la calle si no es posible garantizar la distancia mínima de dos metros, K de Mascarilla pone a disposición de los ciudadanos un spray desinfectante con el objetivo de alargar la vida útil de las mascarillas de ropa.

"Si hay que llevar mascarillas en todas partes, hay que amortizar su durabilidad", explica Josep Martí, principal impulsor del proyecto. Se aconseja lavar las mascarillas después de cada uso, pero en casos puntuales, por ejemplo en salidas breves y teniendo la seguridad de no haber estado expuesto al virus, el spray higienizante se puede utilizar en sustitución del lavado. De este modo se entiende que se alarga la durabilidad de las mascarillas, favoreciendo el ahorro económico de los usuarios, pues la reutilización evitará la compra de nuevas unidades, y contribuyendo a la sostenibilidad ya que implica hacer menos lavados.

El spray hidroalcohólico que lanza K de Maskarilla, mezcla de alcohol etílico y alcohol isopropílico, se aplica directamente sobre toda la superficie de la mascarilla (exterior e interior), sin disolver, y no necesita aclarado. Una vez se seca la ropa de la mascarilla, ya se puede volver a utilizar. El spray, que presenta tres opciones de olor, neutro, fresco y caramelo, cumple las regulaciones de fabricación europeas CE 1223/2009. Al igual que las mascarillas la adquisición del spray (150 ml) es de forma online, y tiene un coste de 4,95 €.

K de Maskarilla ofrece mascarillas de diseño, respetuosas con el medio ambiente, cómodas y ergonómicas. Se trata de un proyecto impulsado por el emprendedor José Martí, conjuntamente con Doblemano comunicación, llevado a cabo por autónomos y pymes barcelonesas, contribuyendo así a reactivar la economía local.

Las mascarillas son de ropa (60% algodón y 40% poliéster), y por lo tanto totalmente reutilizables ya que se pueden lavar hasta 60 grados. Además, incorporan siete filtros de repuesto. Adicionalmente se pueden adquirir paquetes de 50 filtros. La iniciativa presenta tres modelos de mascarillas, y hasta 85 estampados, con ergonomía diferentes, tanto en cuanto al diseño del tejido que se adapta a la cara como a las gomas ajustables.

Las mascarillas van dirigidas tanto a ciudadanos en general, adultos y niños, como a empresas e instituciones que las requieran con la posibilidad de producirlas adaptadas a su imagen corporativa.

La iniciativa cuenta con una vertiente solidaria comprometida con la asociación Cel Obert, que trabaja para la integración de niños y adolescentes en riesgo social, y la qué realizará periódicamente donaciones de mascarillas. Por cada 10 ventas, K de Maskarilla donará una mascarilla a Cel Obert.

Inversión y previsión de facturación
El emprendedor José Martí, que cuenta con una larga trayectoria vinculada a la consultoría empresarial de protección de datos y la prevención de riesgos laborales, con el apoyo de Doblemano comunicación, ha puesto en marcha este proyecto. La iniciativa ha contado con una inversión inicial de 5.000 euros y prevé una facturación, basándose en los resultados de las primeras semanas de lanzamiento, de 30.000 euros mensuales.


Fuente original: Comunicae.es.

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