El parto consiste en una serie de contracciones uterinas rítmicas y progresivas que poquito a poco hacen descender al feto por el cuello del útero (cérvix) y canal del parto (vagina) hacia el exterior.
El trabajo de parto en cada mujer es único. En ocasiones el parto finaliza en cuestión de horas mientras que en otros casos se pone a prueba la resistencia física y emocional de la propia madre.
Entre las principales complicaciones que puede haber en un parto que pueden afectar a la madre destacan:
- El desgarro vaginal. Es la complicación más habitual que suele producirse durante el parto provocado por el uso incorrecto de los fórceps o ventosa obstétrica. En muchas de las ocasiones el personal sanitario hace uso de este tipo de este tipo de instrumental cuando realmente no es necesario.
- Lesiones en el esfínter, debido a una mala ejecución de la episiotomía o incisión que se realiza a la madre facilitando la salida del feto al exterior. Una incisión inadecuada puede llegar a ocasionar daños permanentes como es la incontinencia fecal.
- Desgarros provocados cuando el feto no puede atravesar correctamente a través de la vagina. Este tipo de negligencia puede afectar tanto a la madre como al bebé.
- Infecciones graves originadas por el olvido de restos placentarios o una incorrecta asepsia en el momento del parto.
- Hemorragia obstétrica, pudiendo ocasionar el fallecimiento de la madre. Una rotura uterina de una cesárea previa, traumatismo en el canal del parto, retención de restos de placenta, son factores de riesgo que ayudan a prever la posible hemorragia
Entre las complicaciones que pueden afectar al bebé son:
- Sufrimiento fetal: es la más común de todas y generalmente está causado por una falta de oxígeno pudiendo llegar a provocar desde leves secuelas neuronales, hasta graves daños cerebrales e incluso la muerte del bebé si no se actúa con rapidez y de manera oportuna. Durante el proceso del parto, los profesionales médicos deben de realizar controles a la madre para conocer el estado de sufrimiento del bebé y actuar en consecuencia.
- Distocia de hombros, la cuál puede llegar a provocar también lesiones vaginales a la madre. Esta complicación se produce a partir del encajamiento de los hombros del feto en el canal vaginal de la madre. Esta situación es previsible, por lo que una buena actuación de los profesionales sanitarios acordando la extracción programada mediante cesárea es lo más habitual. En caso de producirse una negligencia médica el feto podría sufrir hipoxia cerebral provocando graves daños de cara al futuro.
Ante cualquier sospecha de negligencia médica durante el parto, es importante conservar toda la documentación clínica posible para así poder determinar si dicha actuación es motivo de demanda o no. Si la actuación es motivo de demanda es importante estudiar el asunto detalladamente para así, siempre cumpliendo los plazos establecidos, reclamar la indemnización correspondiente por los daños y perjuicios ocasionados tanto a la madre como al bebé.
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Fuente original: Comunicae.es.