La fibrosis quística es una enfermedad degenerativa, crónica y hereditaria, que afecta fundamentalmente a los pulmones y al sistema digestivo y que, hoy en día, no tiene curación. Esta enfermedad, provocada por una alteración en el gen CFTR, produce una disminución del agua, socio y cloro en las secreciones, provocando infecciones e inflamación, que afectan a órganos como el pulmón, el hígado o el páncreas.
Según los datos de la FEFQ (Federación Española de Fibrosis Quística), esta enfermedad afecta a más de 2.500 personas en España, un 53% hombres y un 47% mujeres. Uno de cada 35 habitantes son portadores sanos de la Fibrosis Quística.
El tratamiento de esta enfermedad grave se fundamenta en varios pilares: una nutrición apropiada, la utilización de medicamentos para luchar contra las infecciones respiratorias y realización de terapias físicas como la fisioterapia respiratoria, ejercicios de fortalecimiento de la musculatura del tórax y la práctica de ejercicio físico apropiado, por lo que la intervención de los fisioterapeutas es fundamental para contribuir a una apropiada calidad de vida para los pacientes.
En el Día Nacional de la Fibrosis Quística, el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE), destaca la importancia de la fisioterapia respiratoria en el tratamiento de esta enfermedad, que debe planificarse para que sea ajustada constantemente, en función del estado y las necesidades del paciente. La FQ es una enfermedad compleja y, en los casos de deterioro pulmonar más grave, puede llegar a ser necesario un trasplante.
La fisioterapia respiratoria llega a suponer un 80% del tratamiento de estos pacientes. El objetivo es mantener las vías respiratorias limpias de secreciones, mejorar la ventilación, reducir las resistencias de las vías aéreas y corregir los problemas de ventilación, entre otros efectos beneficiosos. La terapia debe realizarse de forma individualizada para cada paciente, según la edad y el grado de la enfermedad y es necesario que sea aplicada de forma continuada desde que se produce el diagnóstico y durante toda la vida del paciente, para evitar su empeoramiento.
Las técnicas más utilizadas son las de permeabilidad bronquial, las que utilizan dispositivos técnicos para la eliminación de secreciones, la reeducación respiratoria, ejercicios de entrenamiento muscular y esfuerzo, etc.
Asimismo, además de la fisioterapia respiratoria, la realización de ejercicios adecuados en función del estado del paciente es fundamental para mantener un buen estado físico.
"La fisioterapia debe ser correctamente prescrita y aplicada para que el paciente mantenga su calidad de vida. Es necesario que un fisioterapeuta especializado planifique la terapia y la adapte según la situación de cada paciente", afirman los responsables del CGCFE.
cgcfe80%fibrosis quísticafisioterapia respiratoriatratamiento
Fuente original: Comunicae.es.