La medicina estética vive una edad de oro. Los expertos señalan como posibles causas el aumento de longevidad de la población, una creciente necesidad de verse y sentirse mejor y la aparición de novedosos tratamientos que ya no requieren pasar por el quirófano ni tiempos de inactividad elevados.
Sin embargo, dado que cada piel presenta características únicas y las afecciones cutáneas son variadas, no todas las clínicas cuentan con las herramientas necesarias para satisfacer las necesidades particulares de sus pacientes. Para dar respuesta a las principales preocupaciones médico-estéticas con una única plataforma, la compañía estadounidense Candela Medical lanzó al mercado el dispositivo Nordlys™, un todoterreno que agrupa múltiples tecnologías, entre ellas luz pulsada intensa (IPL, por sus siglas en inglés), láser de neodimio (Nd:YAG de 1064nm) y láser fraccionado Frax.
Gracias a su versatilidad, este dispositivo se ha ido popularizando a lo largo y ancho del mundo, pero hasta hace poco no había desembarcado en Donostia, siendo el Instituto Médico Viator (IMV) el primer centro de la región en adquirirlo. En palabras del Dr. Elías Del Río, Jefe de Servicio de la Unidad de Medicina Estética y Láser de Quirónsalud y de IMV, “estamos encantados en ser pioneros, ya que gracias a su combinación de tecnologías IPL, neodimio y Frax, con Nordlys podemos abordar un extraordinario abanico de indicaciones con eficacia y seguridad”.
Por un lado, con la tecnología de IPL pueden realizar fotorejuvenecimientos para mejorar la apariencia y textura de la piel, así como tratar manchas, lesiones pigmentadas, rojeces, rosácea y distintas afecciones vasculares del rostro. “Cada sesión dura aproximadamente 30 minutos y se suelen necesitar tres con un intervalo de un mes entre ellas”, explica el Dr. Del Río. Estos tratamientos, que permiten una incorporación inmediata a la vida normal y no requieren anestesia, “suelen conseguir resultados visibles y duraderos desde la primera sesión”.
Por su parte, con el láser de neodimio pueden tratar todo tipo de lesiones vasculares, tanto en la cara como en el cuerpo, “como las temidas manchas de vino de Oporto o las varices de las piernas”, cuenta el doctor. “Al igual que con la IPL, estos procedimientos no resultan especialmente dolorosos ni necesitan anestesia. Cada sesión dura aproximadamente 20-30 minutos y, una vez realizada, el paciente se puede reincorporar a su vida con total normalidad. Las sesiones se espacian más o menos en un mes y se suelen necesitar 4 o 5, aunque depende de cada caso. El resultado es visible de inmediato y muy patente partir de la segunda sesión”, detalla.
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Fuente original: Comunicae.es.