Desarrolla la lógica, el pensamiento crítico y la creatividad. El ajedrez ejercita ambos lados del cerebro. El ajedrez requiere muchos escenarios de "si esto, entonces aquello", lo que exige a los jugadores imaginar todos los movimientos potenciales, las alternativas y los resultados de cada posibilidad.
Aumenta la concentración y la memoria. Los niños que juegan al ajedrez con regularidad mejoran significativamente su memoria visual y su concentración. Un aspecto fantástico del ajedrez es que el juego premia por la concentración y penaliza perderla. Este aspecto del ajedrez proporciona al cerebro del niño un incentivo divertido para mantenerse concentrado mientras juega.
Desarrolla la capacidad de resolver problemas. El ajedrez es un juego de resolución de problemas, planificación y previsión. Ser capaz de pensar en las variables cambiantes y formular un plan basado en varias posibilidades son habilidades inestimables necesarias para el juego y, lo que es más importante, para la vida.
Mejora la capacidad de lectura. El ajedrez requiere que los niños utilicen funciones cognitivas como la decodificación, el análisis, el pensamiento y la comprensión, todas ellas habilidades necesarias para la lectura.
Enseña a planificar y prever. Para ganar en el juego hay que tener la capacidad de prever múltiples posibilidades y resultados para formular un plan exitoso. En última instancia, el objetivo es capturar el rey del adversario, pero la paciencia y la planificación son la clave para conseguirlo.
Hace participar a la mente fuera de las pantallas. No es de extrañar que la cantidad de tiempo de pantalla a la que están expuestos los niños hoy en día pueda disminuir su capacidad de concentración y enfoque. El ajedrez es una forma poderosa de contrarrestar los efectos negativos de la era digital, involucrándolos en una actividad que mejora la concentración mientras les da una actividad divertida para disfrutar fuera de las pantallas.
Conectar con los demás. A diferencia de los videojuegos o la televisión, el ajedrez crea una conexión humana a través de un juego competitivo saludable. Enseñar a un niño a jugar al ajedrez no sólo construye un cerebro sano, sino que también refuerza las relaciones positivas y construye recuerdos duraderos.
Ajedrez en el colegio. A través del ajedrez, los estudiantes mejoran sus habilidades generales de aprendizaje, aprenden importantes habilidades sociales/interactivas y un importante conjunto de habilidades intelectuales. Por ello, en Colegio Ingenio, está incluido en el programa como una actividad curricular más.
Acerca de Colegio Ingenio
Colegio Ingenio es un proyecto diseñado por los profesores del legendario Colegio Estilo, un equipo docente con larga experiencia, cohesionado, estable y altamente cualificado, que incluye investigadores, ingenieros, artistas, músicos, arquitectos y maestros con múltiples titulaciones. Heredero de los principios de la Institución Libre de la Enseñanza, reformula la educación para adaptarse a las necesidades del mundo actual, con un enfoque que trasciende la fragmentación del saber y busca una formación integral, potenciando el arte y armonizando el conocimiento humanista y científico-tecnológico.
Dentro de un marco que favorece la participación, la comunicación y el tutelaje tanto por parte del profesorado como de otros alumnos, el niño desarrolla de forma progresiva, a través de la experiencia y la práctica, el juicio y la sensibilidad. Esto sucede en el aula y en el resto de espacios del colegio que, con una superficie construida de 1.500 metros cuadrados y extensos jardines, se erige así en un lugar de convivencia seguro, que merece ser cuidado por todos.
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Fuente original: Comunicae.es.