El cáncer de mama es un tumor originado en las células y estructura de esta glándula. Actualmente es una de las principales causas de muerte en las mujeres y, por ello, la prevención mediante hábitos saludables y la detección precoz son esenciales para evitar el desarrollo de la enfermedad.
En el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE) quiere unirse a la celebración de esta fecha, recordando el papel primordial de la Fisioterapia para tratar aspectos como el linfedema, una inflamación producida por acumulación de líquido, cuando el sistema linfático no drena apropiadamente. Esta es una de las complicaciones más importantes tras la cirugía por cáncer de mama.
La importancia del linfedema depende, fundamentalmente de los ganglios extirpados durante la cirugía, del tratamiento de radioterapia y del peso de la paciente, entre otros. Por otro lado, un problema adicional de este tipo de cirugía puede ser la limitación de la movilidad del hombro repercutiendo en la realización de actividades cotidianas.
El papel de la fisioterapia es esencial, tanto a nivel posquirúrgico como en las fases más tardías. Tras la cirugía, uno de los objetivos del fisioterapeuta es lograr la recuperación del rango articular, mediante la aplicación de ejercicios físicos terapéuticos con el objetivo de mejorar el estado muscular y articular ofreciendo de esta forma una mejor funcionalidad y calidad de vida a los/las pacientes.
El tratamiento del linfedema variará según el estado del brazo y la zona perimetral del mismo. Las terapias fisioterápicas más habituales para el control y disminución del linfedema son el vendaje multicapa, el drenaje linfático manual, el ejercicio físico terapéutico, medidas de higiene y la presoterapia mecánica. Una vez afianzada la disminución del edema, se pautarán medidas de contención externa, combinando estas diversas técnicas en función de las necesidades individuales y específicas de cada paciente.
La fisioterapia es el tratamiento por excelencia del linfedema, donde los fisioterapeutas facilitan la recuperación funcional de los/las pacientes y, de esta forma, la reincorporación a su vida cotidiana de forma gradual y progresivo. Es fundamental el diagnóstico de fisioterapia precoz para evitar, de esta manera, las complicaciones que produce esta patología, así como la fisioterapia en la fase prequirúgica que aun siendo minoritaria en el sistema público de salud español, en otros países ya se aplica para reducir posibles problemas postquirúrgicos.
La actual evidencia científica avala el efecto del ejercicio físico individualizado en la supervivencia de pacientes con cáncer; en este sentido el fisioterapeuta no solo diseñará un programa de ejercicio dirigido a la zona afectada, sino lo hará de forma global.
Se augura que gracias a la detección precoz y a los tratamientos preventivos el cáncer de mama dejará de ser una de las patologías que precise tratamientos tan agresivos como la cirugía o la quimioterapia.
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Fuente original: Comunicae.es.